Susanna Vendrell
La asistencia sanitaria se situa en
una posición central en la constitución de las modernas sociedades democráticas.
En el reverso de esta aspiración legitima, segun la cual todas las personas
tienen derecho a recibir asistencia sanitaria, se aloja en nuestros días la
idea contractual que concibe la salud como un bien de consumo, instaurando en
su funcionamiento las leyes del mercado y del clientelismo.
La definición de la OMS estableciendo una equivalencia
entre salud y felicidad ha contribuido a la patologización de la normalidad,
haciendo que todo problema humano competa a la intervención médica, en un
intento de borramiento de la subjetividad implicada. El resultado es un
extrañamiento del sujeto del sentido de la enfermedad y el establecimiento de un
vinculo imaginario de la salud con la felicidad que aboca a que cualquier
malestar sea diagnosticado y tratado por el sistema sanitario y que el sujeto
adquiera la categoria de paciente a la espera de ser tratado.
Las posibilidades que nos ofrecen la
ciencia y la tecnologia, facilitan multitud de acciones médicas alrededor de la
procreación. Sin llegar aún a la ingenieria genètica, ya es habitual recurrir
al diagnostico prenatal in utero o,
en su caso, in vitro, para decidir
una interrupción del embarazo cuando se detecte una anomalia genética grave. En
una segunda etapa, el diagnostico será para realizar terapias génicas y en una
tercera se podrá no solo eliminar o curar, sinó mejorar, “enriquecer los
embriones” con genes de protección contra enfermedades, o con genes que aporten
o intensifiquen determinadas características físicas o mentales.
En las sociedades tecnificadas, la
innovación esta asociada acriticamente con la mejora y esto produce una
fascinación por las innovaciones tecnológicas que demasiado a menudo no son
proporcionales a los beneficios que comportan. Los espectaculares y
esperanzadores avances médicos y técnicos realizan la creencia de que la medicina es o será algun dia
omnipotente y la participación de la industria farmaceutica es determinante en
la instauración de la confusión entre las promesas y la realidad, necesaria
para hacer posible el tratamiento de problemas extrasanitarios, la invención de
algunas enfermedades y el sobrediagnostico y sobretratamiento de otras.
Como conclusión podemos decir que la trampa
o ilusión por las nuevas y sofisticadas tecnologias, introduce el imperativo
técnico que dice que todo lo que es possible debe realizarse, llevando a
detectar todo lo que se pueda, cuanto más mejor, abocando a menudo a avanzar
sin un conocimiento suficiente para valorar las consecuencias de su aplicación.
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