martes, 8 de abril de 2014

La pantalla Teatral II


                                                                             M. Cristina Bruno

Sobre las lecciones de Jacques  Lacan en torno a Hamlet . Seminario  El deseo y su interpretación (1958/ 59)

Este escrito es una síntesis  que da cuenta del trabajo realizado en  el grupo de investigación , sobre la realidad en pantalla haciendo hincapié en este caso en  la pantalla teatral, específicamente  las clases de Lacan  sobre el drama de W. Shakespeare, Hamlet .

Las siete lecciones de Lacan sobre Hamlet pertenecen al seminario de 1958-59 sobre El deseo y su interpretación. Sigmund Freud había dejado en reserva una segunda versión de Edipo, la que se hallaría estructurada en el Hamlet de W.Shakespeare, Lacan siguió la indicación apuntada por Freud y se apoyó en Hamlet para el viraje de su enseñanza, realizando un impresionante análisis.
Antes de comenzar sus investigaciones Lacan ubica las observaciones de Freud e indica que desde un principio promovió el tema de Hamlet a un rango equivalente al tema edípico.
Freud pensaba el tema edípico como el lugar donde se organiza la posición del deseo.
Hamlet es una obra teatral que comienza tras la muerte de un rey que como narra su hijo Hamlet fue un rey admirable, ideal de rey e ideal de padre y que ha muerto misteriosamente. Circula la versión de que murió porque lo mordió una serpiente cuando estaba en un huerto. Pocos meses después de su muerte, la madre de Hamlet se casa con su cuñado Claudio. Quien es objeto de sátiras por parte de Hamlet por haberlo apartado del trono, pero más por haberse casado con su madre tan rápido luego de la muerte de su padre. Aparece entonces el padre de Hamlet en forma de ghost, espectro, y le revela a su hijo las circunstancias de su muerte, que en realidad había sido un asesinato. Mientras él dormía, alguien había vertido en su oído un veneno llamado hebona. Lacan hace un inciso explicando que el nombre de este veneno es una palabra inventada, que da materia a los analistas para múltiples interpretaciones.
En este punto de la lección Lacan marca una primera diferencia en relación con la trama del drama edípico. Porque Edipo no sabe, y cuando sabe se desencadena el drama que culmina con su autocastigo. Edipo comete su crimen inconscientemente. Pero aquí el que sabe es el padre y es él mismo que lo manifiesta. Aquí el crimen edípico es conocido por quien es víctima de ese crimen y aparece para hacérselo saber al sujeto.
Todos los sentimientos empujan a Hamlet a actuar contra el asesino de su padre, sentimientos de usurpación rivalidad y venganza. Es más ha recibido la orden expresa de su padre. Es la ocasión para que Hamlet actúe, pero no lo hace. Y aquí empieza el problema.
Lacan agrega que en concordancia con lo que Freud dice hay algo en el deseo de Hamlet que no funciona. Lo que pone de manifiesto en toda la obra es la posición fundamental con respecto al acto, que en inglés se llama procastination, dejar las cosas para mañana.
No es lo mismo interpretar a Hamlet que estar interesado en él como espectador o como crítico aunque ambas convergen. Dice Lacan:” La tesis que anticipo es que Hamlet pone en juego el marco mismo de algo cuya noción quiero introducir aquí, el marco donde se sitúa el deseo .Este espacio esta excepcionalmente bien articulado en la obra, y por eso cualquiera de nosotros se reconoce en ella y acaba encontrándose a sí mismo. El drama de Hamlet es una especie de dispositivo, como una malla, una red de pajarero donde se articula el deseo del hombre y precisamente según las coordenadas que Freud nos reveló. A saber el Edipo y la castración.”
A Hamlet se le ocurre, mientras ve una obra que representan unos comediantes, utilizarlos para lo que constituirá el núcleo del 3º acto, la play scene, el teatro dentro del teatro. En este caso sería introducir algunas modificaciones en la obra para que el rey se traicione por sí mismo.    
En efecto, durante la play scene, el rey no puede, se presenta con tanta exactitud el crimen cometido que bruscamente pide “Traed luz” y se retira estrepitosamente.
La play scene  no sirve solamente como estrategia eficaz, también pone de manifiesto la estructura de ficción propia de la verdad.
Si bien Freud no comenta particularmente la play scene, compara la vida psíquica en su totalidad con un teatro, su escenario y sus personajes e introduce el inconsciente a propósito del sueño, como  “la otra escena”.
Lacan en el seminario La Angustia, clase del 28 de noviembre, responde que es a él mismo en Luciano, sobrino del rey de comedia al que se representa consumando el crimen en el momento de la pantomima. Concluye: “Con ese personaje, Hamlet trata de dar cuerpo a algo que pasa por intermedio de su imagen propiamente especular pero no en el modo de realizar su venganza, sino como modo de asumir primero el crimen que luego se tratará de vengar”.
Pero para que Hamlet ejecute el acto solicitado por el ghost será necesaria la identificación, con lo que llama Lacan en 1962 el alma furiosa de la víctima, con Ofelia la suicida. Será necesaria esa identificación para que pueda encontrarse con su deseo y encaminarse a la cita mortal con su propio acto.
Es desde el lugar de causa, que él tuvo para Ofelia y que percibe con su desaparición que él podrá matar y también hacerse matar.


Bibliografía:
Jacques Lacan. “Lecciones sobre Hamlet”, Freudiana Nº 6, Nº 7 y Nº 8.
Jacques Lacan. “Seminario La Angustia”, Clase III
Alicia Calderón de la Barca, “El montaje de una ilusión” Freudiana 17

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