miércoles, 21 de marzo de 2012

Los niños protagonistas de la educación: ¿Una impostura?

Dolors Tohà


Reflexiones en torno a las notas extraídas  de la última presentación en el grupo de investigación. [1]

Anna Pagés nos habló del funcionamiento de la vida actual universitaria: “artefactos Bolonia”, alumnos infantilizados, burocracia…..
Lo que ella denomina “artefactos Bolonia” son unos instrumentos burocráticos que vienen a sustituir las antiguas programaciones, así como a alejar al profesor de la práctica que lo ocupa, la transmisión. Con esta lógica, se pretende desarrollar unas competencias determinadas en los alumnos,  que deberán evaluarse. Para que la evaluación sea objetiva, debe referirse a “los productos” que realizan los alumnos. Serán los indicadores que dan cuenta de si una competencia ha sido adquirida.
Mencionó algo que me llamó la atención: la tendencia actual a  “tener a los alumnos ocupados con actividades”, en detrimento de las clases magistrales.
Los alumnos empiezan la clase con las agendas preparadas para anotar cuándo “hay que librar los productos” como si de una cadena de producción se tratara.

Desviar la atención de los contenidos a trasmitir hacia el desarrollo de competencias en los alumnos haría a éstos presentes.

Pero, ¿presentes de qué manera?

Se dice que el gran problema de la educación es que está demasiado alejada del mundo laboral.  ¿Alejada en qué sentido?
Ya se les entrena desde educación infantil haciendo deberes para que “adquieran el hábito”. Deben “prepararse” a lo que el mundo les requerirá, eso se piensa.
Tienen deberes de un día para otro, para que se acostumbren a cumplir con la exigencia de la inmediatez; a rellenar fichas, protocolos, formularios, al igual que sus profesores. Aprenden a desvincularse de sus experiencias vitales  a  una edad temprana.
 Todo esto se hace bajo la vigilancia de unos maestros reconvertidos en capataces, vigilantes, aún sin saberlo. Vigilancia que opera desde el control.
Así, desde bien pequeños, los alumnos adquieren las habilidades y competencias necesarias para hacer frente al imperativo de la lógica del rendimiento. Se hace a los alumnos presentes, protagonistas.

 Pero, ¿protagonistas cómo?

 Presencias autómatas. Cualquier signo de vida psíquica hay que “tratarlo”. Se los hace presentes  como robots y ausentes en lo particular de su humanidad.

“Este alumno nos preocupa, no hace nada” me decía un profesor. Dije: “A mí me preocupan los que funcionan bien”. A lo que él respondió: “Claro, esos son los dóciles y obedientes”…

El que se “raya”,  no entrega “la producción”,  no rinde,  se convierte en “un problema a tratar”.

¿Está la educación tan alejada del mundo laboral?

En mi práctica diaria surge  la pregunta que nos formulamos en el Grupo de Investigación: “¿Cómo volver a infiltrar al sujeto en las prácticas que lo implican? ¿Cómo permitirle reconquistar su lugar?”[2]






[1] Reunión del 16 de marzo de 2012. El avance de la ideología de la evaluación afecta a todas las áreas en las que algo del saber puede ponerse en juego. Es una apuesta fuerte y devastadora que pretende adiestrar al hombre contemporáneo según sus criterios. En esta reunión  abordaremos el problema desde lo que sucede en el ámbito universitario. Contaremos con la participación de Anna Pagés, Doctora en Ciencias de la Educación por la Universidad Autónoma de Barcelona (1), quien hablará de las consecuencias que tiene la evaluación en el discurso universitario actual.

[2] Nota publicada el 8 de marzo en el blog: DEBATE HACIA EL FORUM 3 “LO QUE LA EVALUACIÓN SILENCIA: LA INFANCIA BAJO CONTROL”

2 comentarios:

  1. Dolors, sí, així em sento quan la meva feina de profe sembla un seguit de controls de qualitat: has fet el deures, una marca de +. No has fet els deures: un menys -. Aquest control que valora nomes la teva capacitat de vomitar quatre bestieses: tens TAL nota. Has fet el dossier: tal altra nota. has llegit un llibre que no t'interessa i que es massa dificil per tu? tal nota. No estas interessat en res: tal nota. I transmetre el coneixement sembla acabar tenint un valor infím en tota aquesta cadena d'anotacions sobre la qualitat del producte! Uf! Clara

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  2. Eefctivamente, no es la cuestión del saber lo que está en juego. Se trata por sobre todo, del imperio de la cifra.
    Agradecemos tu contribución.

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