domingo, 11 de mayo de 2014

HER

                                                                                                             Susanna Vendrell


En la reunión del grupo de investigación del mes de abril, llevamos a cabo un comentario de la reciente película HER del director Spike Jonze, por su vinculación con nuestro tema de trabajo del presente curso La realidad en pantalla. Her nos incita a una  reflexión acerca de la fragilidad y transitoriedad actual de los vínculos sociales y del vacio como lugar asignado al sujeto hablante.

Esta historia que vemos en el cine nos presenta en forma de ficción una verdad actual: somos seres del habla que estamos en constante interrelación con las máquinas. Dispositivos electrónicos y sistemas operativos cada vez más sofisticados se han convertido en asiduos acompañantes de los humanos.

Her nos presenta, en un escenario cercano y futurista, situaciones hipotéticas de inteligencia artificial, y con ello nos acerca a la realidad contemporánea de las citas en la red, a los mensajes, a los chats, a las innumerables lineas telefónicas de servicios diversos. Un mundo de proximidad en el que las comunicaciones humanas son más habituales y superficiales, más intensas y más breves, donde no se establecen verdaderas relaciones ya que su realidad solo es virtual, sin la necesaria presencia del cuerpo.

El protagonista de Her se enamora de una voz femenina producto de un sistema operativo hecho a la medida del usuario, mercancia pues que tiene como objetivo ofrecer un servicio: hablar diciendo aquello que el cliente anhela oir, poniendo asi en juego su propio fantasma.
El estado actual de la cibernética tiene por misión conseguir que las máquinas entiendan las emociones humanas. La pretensión es llegar a programar dotando de necesidades emocionales al sistema operativo para que empatice y se adapte al estado de ánimo del usuario. Entonces que “nos lean el pensamiento”, como en nuestra película, no parece tan lejos ni tan descabellado para algunos.

Forzosamente, nos surgen preguntas en relación con este mundo de desconexión hiperconectada, en el que ya estamos inmersos, para las cuales será necesario ir elaborando algunas respuestas. Para algunos, desde nuestra posición de espectadores, Her nos da a leer entre lineas un relato de lo ominoso, algo familiar y secreto que aparece a la luz.


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