Shula Eldar – Patricia Heffes
El imperativo actual exige clasificar usando
criterios estadísticos. Para "adaptar", para "unificar".
En la historia de la psiquiatría la
clasificación ocupó un lugar muy importante. Fue el fruto de una observación
clínica minuciosa. Como dice Lévi-Strauss en
El pensamiento salvaje, las
clasificaciones no vienen pegadas a las cosas sino que son el resultado de
otras operaciones propias de cada civilización. Clasificar es poner cada cosa
en un lugar.
Esto sugiere la importancia de discutir
la idea de clasificación.
Al clasificar se actúa como bricoleurs. Son los datos sensibles que
percibimos en la experiencia los que se objetivan como rasgos que,- este es el
eje de la discusión-, pueden ser clasificados y manipulados.
Nombrar al psicoanálisis como una
experiencia, tal como lo hace Lacan, abre el debate con el saber científico: ¿cómo lo necesario (de la estructura) y lo
contingente (del acontecimiento)
determinan la experiencia?
Cuando pensamos la clínica lo hacemos
tomando muy en cuenta las contingencias para demostrar la lógica que ordena
esos elementos. Es nuestra manera de evaluar.
Muy diferente de una evaluación que aliena sin
esclarecer nada y que se acompaña a menudo de una demonización de los síntomas
reduciéndolos a rasgos patológicos, signos de inadaptación o, peor aún, de
déficit.
Es decir, de desviaciones que tienen que restituirse
a la “normalidad”.
El psicoanálisis está muy lejos de negar la
importancia del diagnóstico, pero hace de él un uso diferente. Dado que es
la experiencia del inconsciente, deja hablar a los síntomas, hace su lectura
para elucidar sus causas.
La preocupación terapéutica que domina la clínica
actual conduce a despreciar la potencia del proceder analítico y, de esta
manera, deja de lado todo aquello que es índice de la posición de cada sujeto.
El empuje a la evaluación y sus cuantificaciones
enmudecen al sujeto y ensordecen al practicante.
Es el mismo empuje que produce un practicante que "oye todo", y un consultante que debe "decir todo". Ambos, sordos a lo que Miller ha ubicado como sujeto anterior a la identificación. Pertenecer es obligatorio, hoy, y nadie puede quedar excluído. Gracias.
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