lunes, 9 de abril de 2012

¿Hablar para medicar?

Montserrat Rodríguez Garzo

En un artículo publicado en el diario "El Mundo" se da cuenta de la velocidad con la cual los laboratorios - Lilly en este caso -, se apresuran a situar a los obstetras y ginecólogos como "expertos" idóneos para detectar a través de "la comunicación con las pacientes", seguramente vía protocolos, "la disfunción sexual femenina". 
Esta disfunción se incluirá próximamente en la guía del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos.
¿Se tratará de preparar el terreno para la “viagra” femenina, como le llaman?
Reproducimos un párrafo del artículo De lo que no se habla cuando se habla de sexo. Patricia Matey.  https://www.elmundo.es   Salud sexual. Patrocinado  por Lylly 29.3.2012

 La formación y la experiencia de este tipo de expertos "les sitúa como los mejores proveedores de la salud sexual femenina. Sin embargo, cuando ellos hablan de sexo con sus pacientes tienden a centrarse en las actividades sexuales. No hablan de identidad y orientación sexual, de satisfacción, de placer, de problemas o disfunciones, aunque estos factores son vitales para el diagnóstico y tratamiento de muchas patologías", reconocen los científicos de la Universidad de Chicago. Por eso, sugieren, "que se debe mejorar en ciertas áreas de comunicación con los pacientes. Y esta mejora depende de la formación postgrado, de la demanda de la paciente, de la disponibilidad de tratamientos eficaces para los problemas sexuales femeninos y, sobre todo, de una mejor relación médico-paciente".

A ello respondemos con una cita del texto de Lacan "Ideas directivas para un Congreso sobre la Sexualidad femenina":

 1. " La frigidez, por extenso que sea su imperio, y casi genérico si se tiene en cuenta su forma transitoria, supone toda  la estructura inconsciente que determina la neurosis, incluso si aparece fuera de la trama de los síntomas. Lo cual da cuenta por una parte del carácter inaccesible a todo tratamiento somático, y por otra del fracaso ordinario de los buenos oficios del compañero más anhelado. Sólo el análisis la moviliza, a veces incidentalmente, pero siempre en una transferencia que no podría estar contenida en la dialéctica infantilizante de la frustración, incluso de la privación, sino ciertamente tal como para poner en juego la castración simbólica".
2. Un principio sencillo de establecer es que la castración no podría deducirse únicamente del desarrollo, puesto que supone la subjetividad del Otro en cuanto lugar de su ley."
Lacan, J. "Ideas directivas para un Congreso sobre la sexualidad femenina" (escrito en 1958). Escritos 2, S XXI, México 1984, p. 710



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